Los colores vibrantes y la forma perfecta e intrincada de un nuevo par de sandalias de cuero son inolvidables. Sin embargo, esta nueva sensación generalmente también viene acompañada de dolorosas ampollas, quemaduras y cortes. Pero no te preocupes, porque estos remedios caseros pueden convertir tus nuevos huaraches de una maldición temporal en una bendición duradera. ¡Romper tu nuevo par de sandalias de cuero no tiene por qué ser un proceso doloroso!
Compra un Estiradór de Zapatos
Aunque este método puede llevar más tiempo que otros, comprar un simple estirador de zapatos de plástico o madera puede aflojar y estirar drásticamente tus huaraches para ayudar a minimizar el dolor de pies. Déjalos toda la noche, o alterna tus zapatos usándolos solo cada dos días y estirándolos entre usos. Puedes obtener tus camillas en Amazon disponibles por menos de $20. También puedes humedecer ligeramente un periódico (no remojarlo, ya que el periódico mojado dañará la suela del zapato) y arrugarlo dentro de los zapatos para ayudar a estirar el cuero de forma natural.
Usar Calor
El cuero es un material súper maleable cuando se somete a altas temperaturas. Sostener un secador de pelo sobre las partes del zapato de cuero que están apretadas e incómodas puede ayudar a aflojar el cuero y estirarlo un poco. Una vez que hayas terminado, deja que el huarache se enfríe antes de volver a ponerlo en tus pies. Los zapatos con tachuelas o detalles metálicos pueden calentarse mucho, así que asegúrate de tener mucho cuidado con ellos.
La técnica de la cuchara
Usar el dorso de una cuchara y trabajarlo rigurosamente en el talón del zapato se parece a tu talón. Realizar este movimiento en cualquier otra parte del zapato que esté rozando o lastimando puede funcionar. Esto ayudará a suavizar el cuero mucho más rápido para que puedas usar tus nuevas sandalias de cuero sin preocuparte por erupciones o ampollas.
Estas técnicas te permitirán lucir antes tus huaraches y no tener que soportar las consecuencias de un nuevo par de sandalias de cuero ajustadas. Las ampollas, las quemaduras, las erupciones y los cortes se minimizarán considerablemente si se aflojan los zapatos antes de usarlos.